lunes, agosto 21, 2006

La vida es un camino indefinido, muchas veces, no realizamos lo cerca que estamos a finalizarlo.


Puede suceder de la forma más tranquila o puede darnos una sorpresa inesperada. Lo mucho que condeno lo inadvertido.

La muerte del director me ha dejado tanto pasmada como asustada. Si fue tan fácil matar a un director, qué tan sencillo es a un estudiante?

Cómo es posible? Aún estoy en el estado de incredulidad. Cómo habrá reaccionado el director? Se habrá defendido? Habría intentado huir? Porqué lo mataron? Qué razones tenían para ello?

A lo mejor llamó por ayuda y nadie lo escuchó. Tal vez lo escucharon y ni siquiera se dignaron en ayudarlo. Así es la gente estos días. Egoístas e ignorantes.

Tantas preguntas que puedo hacer y no logró responder ninguna. Puedo tener varias suposiciones; pero, la vida se basa en hechos y en la lógica que tanto odio.

Tampoco me puedo quedar sorprendida.

Nuevamente, una visita inesperada ha vuelto a tocar la puerta. Ángel vino a visitarme estaba tranquilo, o por lo menos, eso quería proyectar. No ha estado bien. Lo he notado, todos estos días se ha mantenido distanciado, cualquier comentario que diga lo lleva a las lágrimas y no sé cómo impedir eso. No quiero que llore. No más. Su sufrimiento no logrará nada más que detenerlo en ese estado.

Le he preguntado qué le ocurre; pero, solo me ruega que no lo abandone. Que me mantenga a su lado, que solo lo dejé llorar. “Por favor, Jet. No apagues tu luz ante mi penumbra…!”. No lo haré. Mi curiosidad es insaciable, cierto; pero, ante Ángel. Espiarle y dudar de él es algo que jamás haría. Confió tanto de él, como él de mí y no empezaré a quebrar ese lazo.

Creo que el rechazo de su obra ha impactado dolientemente a su ser.

Pero, no lo presionaré a hablar; por ahora, el desahogo y las lágrimas fortificarán su corazón y sólo ruego, que quede algo de mi sereno Ángel soñador.


Sea Demonio o Ángel no dejaré de cuidarlo.

Jetta