No pude dormir nada. En pocas palabras…la inquietud…no me lo permitía. Aún estaba temblando por aquella imprevista visita y por aquel baño de ira que recibí.
Ángel había venido inesperadamente al apartamento y no estaba del nada bien. Casi rompe la puerta al tocar. Lo había dejado entrar luego, de que me respondiera irónicamente que era el Ángel de la Muerte. Tengo que decir que estaba bastante preocupada y asustada. Su comportamiento no era normal, algo le sucedía.
Me comentó que acababa de ocurrir una injusticia en I.R.A.
Estaba hablando con el director “querido Alfred” como solía llamarle, cuando andaba de mal humor, porqué ya era la… (Había perdido hasta la cuenta)…de las veces, que intentaba recibir el apoyo económico del instituto para una obra y se lo negaban.
---Debería largarse para el mismísimo infierno! Debería Fenris devorarlo justo en estos instantes!---levantó la mirada y sus ojos se fijaron en Jetta, su respiración estaba acortada y su pierna no dejaba de pisotear el suelo.---Nuestro querido y tan contribuyente director de I.R.A.! Ja, ja, ja! Pura mentira viviente!—se aclaró la garganta---Lo siento, Jet, sé que no es bien hablar así; pero, aún…ese señor me harta!---
Ángel quería llevar a cabo su obra, a nivel estatal por lo menos; pero, siempre que intentaba recibir el apoyo del instituto, éste se negaba a dárselo. Su obra prometía darle reconocimiento al instituto si era aceptada por el público; pero, el director siempre le decía que…la obra era muy complicada para eso.
En pocas palabras, mi amigo estaba completamente agobiado. Tan enfadado con el director, como consigo mismo. No podía hacer nada si el director no le daba la aprobación y no importaba las veces que él insistiera, aquel señor era como una piedra, si decía que “no” era muy difícil que ampliará su mente.
Alfredo, le había pedido a su secretaria que, hasta, le dijera a Ángel que dejará de pasar todas las semanas por su oficina. Que no era posible lo que él quería y que no se lo iba a conceder.
Frustrado y desesperado, tanto de ira como de tristeza, Ángel había venido a parar a mi apartamento. Estaba empapado por la llovizna del día y no sabía si temblaba, por eso o por el problema con el director.
Le di una toalla, para que se secará y una sábana, eran casi las doce de la mañana. Quien sabe, cuanto tiempo andaba así empapado.
Jetta le colocó una mano en su hombro comprensivamente y Ángel la tomó como si fuese niño. Se levantó y lo miró con determinación.---No podemos dejar que eso suceda.---
Le aseguré, que lo acompañaría mañana temprano a hablar con el director. Que la batalla no terminaría, curiosamente, esta vez, me tocó a mí, ver la estrella interna, de la cual él me había hablado hace mucho.
Sabía que a esa hora, con todo lo que había pasado, lo menos que Ángel quería era ir a la casa de sus padres. Puesto que, tanto como yo, ambos teníamos problemas con nuestros familiares. De seguro no lo dejarían dormir esa noche.
Le rogué que, aunque estuviera agradecido y aunque se sintiera avergonzado, que no me escribiera una carta de agradecimiento y que al amanecer del otro día, fuera recibida con la angustiosa situación de un casanova: que estaba por la noche y se largaba por la mañana. Carcajeó y me prometió que no lo haría.
Igual, es mi amigo, la única persona que se abría plenamente a mí y viceversa. Confiaba en él y…por lo visto de su visita…él en mí. Es algo que iba y quería conservar. Lo iba a ayudar de todas las formas posibles…esa obra iba a llegar lejos. Sin importar lo que dijeran los demás. Se podía lograr….
Deséame éxito mañana, pues, la batalla ha empezado…me vestiré de negro: Misterio y Solidaridad.
Knex
Ángel había venido inesperadamente al apartamento y no estaba del nada bien. Casi rompe la puerta al tocar. Lo había dejado entrar luego, de que me respondiera irónicamente que era el Ángel de la Muerte. Tengo que decir que estaba bastante preocupada y asustada. Su comportamiento no era normal, algo le sucedía.
Me comentó que acababa de ocurrir una injusticia en I.R.A.
Estaba hablando con el director “querido Alfred” como solía llamarle, cuando andaba de mal humor, porqué ya era la… (Había perdido hasta la cuenta)…de las veces, que intentaba recibir el apoyo económico del instituto para una obra y se lo negaban.
---Debería largarse para el mismísimo infierno! Debería Fenris devorarlo justo en estos instantes!---levantó la mirada y sus ojos se fijaron en Jetta, su respiración estaba acortada y su pierna no dejaba de pisotear el suelo.---Nuestro querido y tan contribuyente director de I.R.A.! Ja, ja, ja! Pura mentira viviente!—se aclaró la garganta---Lo siento, Jet, sé que no es bien hablar así; pero, aún…ese señor me harta!---
Ángel quería llevar a cabo su obra, a nivel estatal por lo menos; pero, siempre que intentaba recibir el apoyo del instituto, éste se negaba a dárselo. Su obra prometía darle reconocimiento al instituto si era aceptada por el público; pero, el director siempre le decía que…la obra era muy complicada para eso.
En pocas palabras, mi amigo estaba completamente agobiado. Tan enfadado con el director, como consigo mismo. No podía hacer nada si el director no le daba la aprobación y no importaba las veces que él insistiera, aquel señor era como una piedra, si decía que “no” era muy difícil que ampliará su mente.
Alfredo, le había pedido a su secretaria que, hasta, le dijera a Ángel que dejará de pasar todas las semanas por su oficina. Que no era posible lo que él quería y que no se lo iba a conceder.
Frustrado y desesperado, tanto de ira como de tristeza, Ángel había venido a parar a mi apartamento. Estaba empapado por la llovizna del día y no sabía si temblaba, por eso o por el problema con el director.
Le di una toalla, para que se secará y una sábana, eran casi las doce de la mañana. Quien sabe, cuanto tiempo andaba así empapado.
Jetta le colocó una mano en su hombro comprensivamente y Ángel la tomó como si fuese niño. Se levantó y lo miró con determinación.---No podemos dejar que eso suceda.---
Le aseguré, que lo acompañaría mañana temprano a hablar con el director. Que la batalla no terminaría, curiosamente, esta vez, me tocó a mí, ver la estrella interna, de la cual él me había hablado hace mucho.
Sabía que a esa hora, con todo lo que había pasado, lo menos que Ángel quería era ir a la casa de sus padres. Puesto que, tanto como yo, ambos teníamos problemas con nuestros familiares. De seguro no lo dejarían dormir esa noche.
Le rogué que, aunque estuviera agradecido y aunque se sintiera avergonzado, que no me escribiera una carta de agradecimiento y que al amanecer del otro día, fuera recibida con la angustiosa situación de un casanova: que estaba por la noche y se largaba por la mañana. Carcajeó y me prometió que no lo haría.
Igual, es mi amigo, la única persona que se abría plenamente a mí y viceversa. Confiaba en él y…por lo visto de su visita…él en mí. Es algo que iba y quería conservar. Lo iba a ayudar de todas las formas posibles…esa obra iba a llegar lejos. Sin importar lo que dijeran los demás. Se podía lograr….
Deséame éxito mañana, pues, la batalla ha empezado…me vestiré de negro: Misterio y Solidaridad.
Knex
Mucha suerte. ¿es el único profesor que les pone trabas, o hay alguno igual de maldito?
Posted by
Nadies |
4:12 a.m. GMT
A la muchacha Lu: El corazón de piedra más fuerte que he visto, es el de ese profesor; que intente abrir los ojos un poco y coópere con sus estudiantes.
Gracias por el post, me agrada tu optimismo.
Al joven Lugaid: Hay un profesor, un tal Alejandro. Tiende a darle recomendaciones a los estudiantes; pero, a veces, parece que su humor es lo que necesita ser recomendado.
Gracias por sus preguntas. Las aprecio bastante.
Posted by
Jetta Knex |
2:31 a.m. GMT